Esta receta es una variación de la ensalada de cerezas de Azerbaiyán. ¡Tiene tantos sabores y aromas brillantes! Combina perfectamente con platos de carne (por ejemplo, con kebab) y será un complemento estupendo para la mesa de verano.
Todos los ingredientes de esta ensalada son bastante asequibles (sobre todo en verano) y no lleva mucho tiempo prepararla. Sirva la ensalada en una fuente grande, adórnela con hojas verdes y deleite a sus seres queridos con un plato ligero y sano.
En primer lugar, lava las cerezas y sécalas suavemente con una toalla de papel. Separa las cerezas del hueso de cualquier manera (yo utilicé una pajita metálica para beber). Si las cerezas son grandes, córtalas por la mitad.
Pon las cerezas peladas en un bol y espolvoréalas con azúcar. Déjalas macerar mientras preparas la ensalada.
Pica los tomates y la albahaca (puedes usar verdes o rojos). Corta la cebolla en medios aros finos y aplástala con las manos (para que suelte jugo) antes de añadirla a la ensalada.
Ralla o prensa el ajo.
Coge una ensaladera grande y empieza a disponer la ensalada. Añade los tomates, las cerezas (no viertas el zumo en la ensalada), la cebolla y la albahaca. Esparce el ajo uniformemente, añade una pizca de sal y un poco de pimienta negra recién molida.
Vierta la salsa de granada o balsámica por encima. Ambas añadirán un sabor ácido, ¡así que no te pases!
Cubre con dados de queso de salmuera (yo usé sirtaki) y pipas de calabaza tostadas. Rocía con un poco de aceite de oliva.
Mezcla suavemente y sirve. ¡Que aproveche!
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