El cacao caliente no es solo una bebida. Es una forma de entrar en calor en un día frío, de escapar del ajetreo y recordar lo sencillo que era todo en la infancia. Un solo sorbo — y ya estás en la cocina de la abuela, donde huele a vainilla, canela y algo realmente casero.
En esta receta te comparto tres versiones de cacao: la básica (clásica), una más intensa (cremosa) y una especiada (con especias y chocolate oscuro). ¿Quieres simplemente revivir el sabor de la infancia? Empieza por la receta básica. Si te apetece algo más acogedor y suave — elige la versión cremosa. Y si el cuerpo te pide algo vibrante, reconfortante y con un toque picante — el cacao especiado con chocolate y especias es para ti.
Las tres versiones se preparan de manera muy sencilla, sin equipos profesionales ni complicaciones. Todo lo que necesitas — una cacerola, una estufa y ¡buen ánimo!
¡Atención! Después de un cacao así, hay muchas probabilidades de que quieras envolverte en una manta calentita, poner tu serie favorita y pasar al menos un par de horas en modo relax total.
El auténtico cacao de la infancia – simple y probado por el tiempo
En una cacerola pequeña, vierte la leche, añade el cacao en polvo, una pizca de sal y el azúcar. Te recomiendo primero mezclar el cacao con un poco de agua tibia y después incorporar esta mezcla a la leche. Así evitarás que se formen grumos.
Coloca un cazo a fuego medio y comienza a calentar la mezcla, removiendo constantemente. Lleva la mezcla hasta que aparezcan las primeras burbujas, pero no dejes que hierva.
Retira la bebida del fuego y viértela en una taza. Si quieres darle un toque de alegría, ponle por encima unos cuantos malvaviscos: se derretirán en el cacao caliente y le darán un sabor delicioso.
Esta receta es perfecta para quienes quieren darle un toque cremoso a su bebida.
Al igual que en la primera opción, mezcla todos los ingredientes en un cazo. La diferencia es que, esta vez, hay que añadir también la nata y el extracto de vainilla: ¡le darán un sabor y aroma intensos!
Cocina la mezcla a fuego medio, removiendo constantemente. Cuando el azúcar se disuelva por completo y la bebida tenga una textura homogénea, retírala del fuego.
Vierte el cacao en una taza y ¡disfruta!
Tritura todas las especias en un mortero (te recomiendo usar especias recién molidas — así sacarás el máximo sabor y aroma).
Pica el chocolate en trozos pequeños con un cuchillo. Lo ideal es usar chocolate negro amargo, sin azúcar y con un alto contenido de cacao.
Vierte la leche en un cazo, añade las especias recién molidas, el azúcar y el cacao en polvo. Comienza a calentar la mezcla a fuego medio, removiendo constantemente, hasta que el cacao se disuelva por completo.
Luego añade el chocolate picado, baja el fuego y cocina, removiendo, durante unos 3 minutos. La bebida debe espesarse un poco, ¡pero no convertirse en pudín!
Así es la textura que debes obtener. ¡Buen provecho!
Si no tienes tiempo para estar en la cocina, siempre puedes preparar el cacao en el microondas. Solo tienes que mezclar la leche, el cacao en polvo y el azúcar directamente en la taza, remover bien y calentar. Esta forma es perfecta para un tentempié rápido o para entrar en calor después de un paseo.
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