Una receta poco habitual de deliciosos panecillos retorcidos con relleno de canela y azúcar. Su delicada estructura en capas y su agradable aroma crean una sensación acogedora, ¡sin duda le gustarán!
Importante: es mejor preparar la masa la noche anterior, para que se mantenga en el frigorífico y sea más fácil trabajarla.
Añadir 40 gramos de azúcar y la levadura a la leche tibia. Remuévalo bien para que no queden grumos y deje reposar la mezcla durante unos diez minutos.
Al cabo de diez minutos, aparecerá una pequeña capa de espuma en la superficie. Añadir la sal, dos yemas de huevo y la clara de un huevo. Remover la mezcla hasta que tenga una consistencia suave y homogénea.
Verter la mezcla en un bol batidor, tamizar la mitad de la harina y mezclar con una espátula hasta obtener una masa líquida. A continuación, tamizar la harina restante y amasar con la batidora (gancho amasador) hasta que la masa esté lisa y homogénea.
A continuación, sin apagar la batidora, añadir gradualmente 65 gramos de mantequilla (a temperatura ambiente) y amasar la masa durante unos 5-7 minutos hasta que toda la mantequilla esté mezclada. Debe quedar una masa elástica y ligeramente pegajosa, como se muestra en la foto.
Ahora hay que amasar un poco la masa con las manos. Espolvoree la superficie de trabajo con harina, coloque la masa sobre ella y amásela durante unos 1-2 minutos. La masa debe quedar lisa y suave.
Haga una bola con la masa y colóquela en un bol untado con un poco de aceite. Cubra el bol con papel de aluminio y métalo en el frigorífico toda la noche (unas 10 horas).
Una vez que la masa haya crecido, empiece a preparar el relleno. En un bol, mezclar 80 gramos de mantequilla, 70 gramos de azúcar (yo utilicé dos tipos: blanco y moreno), canela, cacao en polvo y una pizca de sal. Mezclar bien hasta obtener una masa consistente.
Sacar la masa del frigorífico. Espolvorear la superficie de trabajo con harina, desplegar la masa y empezar a extenderla en forma de rectángulo (a mí me salió un rectángulo de 40x35 cm). A continuación, con una espátula de silicona, extender el relleno uniformemente sobre la masa.
Dobla la masa tres veces, superponiéndola (como se muestra en el vídeo) y pellizcando los bordes para mantener la masa unida.
Recorte los bordes ásperos y divida la masa en 8 trozos.
Enrolle ligeramente cada trozo y divídalo en otras 4 tiras. Enrolle las tiras para formar un cuadrado, como se muestra en el vídeo al final de esta receta.
Une con alfileres los 4 extremos del cuadrado resultante y colócalo en un molde para magdalenas. Repite este proceso con los demás trozos de masa y déjalos reposar unos 30 minutos.
Mientras espera, precaliente el horno a 175°C y prepare el engrasado (la mezcla para untar los muffins con mantequilla). Bate la clara de un huevo con una cucharada de agua. Una vez que la masa del molde haya subido, úntala con el engrasado. A continuación, meterlo en el horno precalentado y hornearlo de 20 a 25 minutos.
Pincela los panecillos con sirope de azúcar para darles un aspecto más brillante. Para ello, mezcla un poco de azúcar y agua (en proporción 1 a 1) en un cazo pequeño, mientras se hornean los panecillos. Póngalo a fuego lento y espere hasta que el azúcar se disuelva por completo. A continuación, unte los panecillos horneados con el sirope resultante.
Sirva los panecillos inmediatamente o guárdelos en un recipiente hermético hasta 3 días. ¡Que aproveche!
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